Fanatizada como estoy en los últimos meses, con Javier Marías, me encuentro con reflexiones que me hacen llorar, cosa bastante frecuente en mí por estos días, pero el asunto es que además me dejan pensando. Esto también es frecuente en mí, y cada tanto no es tan malo.
Luego de muchas bellas palabras repletas de sentido y buenos sonidos, palabras que empalagan los ojos y todos los sentidos, el Sr. Javier nos dice en el epílogo de su maravillosa obra :’mañana en la batalla piensa en mí’: ’las personas tal vez consistimos , en suma, tanto en lo que somos como en lo que no hemos sido, tanto en lo comprobable y cuantificable y recordable como en lo más incierto, indeciso y difuminado ,quizás estamos hechos en igual medida de lo que fue y de lo que pudo ser.’
Y lo que resulta divino es que él no dice: lo que no pudo ser. Dice: lo que pudo ser. Y entonces pienso que mucho de aquello que pudo ser, tal vez, si uno quisiera está a tiempo de ir a buscarlo.
Y no puedo dejar de hacer un repaso entonces, por aquello que soy, y también dibujar lo que quisiera ser, hacer conmigo. Me produce vértigo, también un poco de pudor. Pero no me gustaría dejar de intentarlo.