miércoles, 30 de marzo de 2011

ME TOMO UNA GAROMPA...

No tiene mayor relevancia, pero como por otra parte las cosas normalmente llamadas relevantes también me están hartando, escribo lo que se me canta, inspirada en mi propio ánimo de esta mañana celeste pero gris, y también en una frase muy sabia, tomada prestada de mi primo Fernando: me tomo una garompa y todo me chupa un huevo (sic).No tengo huevos, pero se entiende el concepto y hago uso de la frase más allá de las cuestiones de género.
El asunto es que me levanto porque no me queda otra, dejando de lado lo que verdaderamente me importa y debiera ser mi motor, pero por lo visto-equivocadamente visto- decido relegar-me. Y pongo en movimiento mi cuerpo tan solo para intentar llegar al baño, darme una ducha, ponerme en automático, luego la careta y el traje de la profesión que me ocupa, que por cierto ejerzo con mucha responsabilidad-la que se espera de toda persona de bien-y salgo al mundo.
Pero antes, me tomo...

martes, 29 de marzo de 2011

MATAR A UN NIÑO (STIG DAGERMAN,25-10-1923- 4-11-1954)Suecia

Hace un día suave/un buen día y el sol cae oblícuamente sobre los campos. Pronto repicarán las campanas, porque es domingo. Entre dos
 sembrados de centeno, dos jóvenes/muchachos han encontrado una senda por la que no han ido/pasado nunca y en los tres pueblos de la llanura relucen los cristales de las ventanas. Los hombres se afeitan delante de espejos en la mesa de la cocina y las mujeres cortan canturreando panecillos /bizcocho para el café y los niños sentados en el suelo se abrochan los corpiños. Es la mañana feliz de un día malo/infame, porque este día un hombre feliz va a matar a un niño en el tercer pueblo. Todavía está el niño sentado en el suelo abrochándose el corpiño y el hombre que está afeitándose dice que un día va dar una vuelta remando río abajo y la mujer canturrea y pone los panecillos/el bizcocho recién cortados en una fuente azul.

  No pasa/hay ninguna sombra sobre la cocina y, sin embargo, el hombre que va a matar al niño está junto a una gasolinera roja/un surtidor de gasolina rojo en el primer pueblo. Es un hombre feliz que mira dentro/a través de una cámara y ve en el cristal un pequeño coche azul y junto al coche una chica joven riéndose. Mientras la chica se ríe y el hombre hace la hermosa fotografía, el vendedor de gasolina cierra/ enrosca  la tapa del depósito y dice que van a tener un buen día. La chica se sienta en el coche y el hombre que va a matar a un niño saca la cartera del bolsillo y dice que van a ir al mar y que cuando estén en el mar van a pedir prestada una barca y van a remar hasta muy adentro. A través de las ventanillas bajadas la chica del asiento de delante oye lo que él dice, cierra los ojos y cuando cierra los ojos ve el mar y al hombre a su lado en el barco. No es en absoluto un hombre malvado/ malo, está contento y feliz y antes de montarse en el coche se queda un instante delante del radiador que centellea al sol y disfruta/goza del brillo y del olor/aroma a gasolina y a cerezo aliso. No cae sombra alguna sobre el coche y el brillante parachoques no tiene la menor abolladura y tampoco está rojo de sangre.
  Pero al mismo tiempo que el hombre del primer pueblo cierra la portezuela de la izquierda del coche y lo pone en marcha la mujer del tercer pueblo abre el armario de la cocina y no encuentra azúcar. El niño que se ha abrochado el corpiño y se ha atado los zapatos está de rodillas en el escaño mirando el río que serpentea entre los alisos y la barca negra varada sobre la hierba. El hombre que va a perder a su hijo ha acabado de afeitarse y está justamente plegando el espejo. En la mesa están las tazas, los panecillos/el bizcocho, la nata y las moscas. Lo único que falta es el azúcar y la madre le dice a su hijo que vaya corriendo a casa de los Larsson a pedirles unos terrones. Y mientras el niño abre la puerta el hombre le grita que se dé prisa porque la barca está esperando en la orilla y van a remar más lejos que nunca/de lo que nunca han remado. Cuando el niño luego corre por el jardín va pensando todo el tiempo en el río y en la barca y en los peces que tropiezan y nadie le susurra/dice en voz baja que sólo le quedan ocho minutos de vida y que la barca se quedará donde está todo ese día y muchos otros días.
  La casa de los Larsson no está lejos, sólo hay que cruzar la calle/ carretera y mientras el niño cruza la carretera el pequeño coche azul entra en el segundo pueblo. Es  un pueblo pequeño con pequeñas casa rojas y gentes recién despiertas/ que están en la cocina con la taza de café en alto/levantada y ven pasar/corriendo/el coche al otro lado del seto con una gran/alta nube de polvo tras de sí. Va muy rápido y el hombre del coche ve los manzanos y los postes de telégrafo recién embreados desfilar como sombras grises. Entra el verano/a bocanadas/ por la ventanilla, dejan el pueblo atrás rápidamente/salen corriendo del pueblo, van bien y seguros por el medio de la carretera y están solos en la carretera -todavía/por ahora. Da gusto conducir completamente solos por una carretera blanda y ancha y al salir a la llanura da más gusto todavía/va aún mejor. El hombre es feliz y fuerte/robusto y con el codo derecho siente el cuerpo de su mujer. No es/en absoluto/ un hombre malo. Tiene prisa por llegar al mar. Sería incapaz de hacerle daño a una mosca y, sin embargo, pronto va a matar a un niño. Mientras se acercan rápidamente al tercer pueblo la chica vuelve a cerrar los ojos y juega a que no va a abrirlos antes de que puedan ver el mar y sueña al compás de los suaves tumbos del coche con lo brillante que estará.
  Y es que/Porque la vida está construida de manera tan despiadada que un minuto antes de que un hombre feliz mate a un niño es todavía feliz y un minuto antes de que la mujer grite de espanto puede cerrar los ojos y soñar con el mar y el último minuto de la vida de un niño, los padres de este niño pueden estar sentados en una cocina esperando azúcar y hablando de los blancos dientes de su hijo y de una vuelta en barca y el niño mismo puede cerrar una verja y empezar a cruzar una carretera con unos terrones de azúcar envueltos en un papel blanco en la mano derecha y durante todo este último minuto no ver nada más que un largo y brillante riachuelo con grandes peces y una barca ancha con remos silenciosos.
  Después todo es demasiado tarde. Después hay un coche azul torcido en la carretera y una mujer que grita, se quita la mano de la boca y la mano sangra. Después abre un hombre una portezuela y trata de mantenerse en pie aunque lleva un abismo de terror dentro de sí. Después hay unos blancos terrones de azúcar esparcidos inútilmente/de cualquier manera entre sangre y grava y un niño yace boca abajo con la cara violentamente aplastada contra la carretera. Después llegan dos personas pálidas que aún no han podido tomarse el café corriendo a través de una verja y ven una imagen /un espectáculo que jamás olvidarán. Porque no es verdad que el tiempo cure todas las heridas. El tiempo no cura la herida de un niño muerto y restaña muy mal el dolor de una madre que ha olvidado comprar azúcar y manda a su hijo a la carretera a pedirla prestada y lo mismo de mal cura la angustia del hombre, antes feliz, que le ha matado.
  Porque quien ha matado a un niño no va al mar. Quien ha matado a un niño vuelve a casa despacio en silencio y lleva a su lado a una mujer muda con la mano vendada y  no ve una sola persona alegre por ninguno de los pueblos por los que pasa. Todas las sombras son muy oscuras y cuando se separan siguen en silencio y el hombre que ha matado a un niño sabe que este silencio es su enemigo y que va a necesitar años de su vida para vencerlo gritando/ diciendo a voces que no tuvo la culpa. Pero sabe que es mentira y en los sueños de sus noches lo que desea es recobrar un único minuto de su vida para hacer diferente ese minuto único.

  Pero la vida es tan despiadada con quien ha matado a un niño que todo después es demasiado tarde.

Los exitosos me dan asco

Estoy soberanamente harta de la gente exitosa .Toda la consistencia del éxito-inconsistente por definición-, hasta la palabra misma me repugna.Estoy harta de la gente creyente del éxito, que lo asume, lo saborea, lo lame se empalaga.Me repugna. Detesto profundamente ,desde lo más hondo de mis visceras a los pobres infelices que miran al prójimo por debajo de sus hombros porque no son exitosos.Y tuve que decirlo otra vez.Exitosos como ellos, que son patéticos y repulsivos.Quiero eliminar esa palabra de mi vocabulario , pisarla, cortarla en mil pedazos, escupirla.

domingo, 27 de marzo de 2011

monólogo 2

Me despierto temprano en realidad nunca me dormí de modo que a ciencia cierta no me despierto ni me duermo ni me despierto pero muevo los pies y mi cuerpo de la cama muy temprano y para esas alturas ya tengo el corazón al galope y furioso y lloroso y apretado y la respiración se me corta y se me corta la sangre que detiene el paso por mis venas azules y violetas y entonces pienso lo poco que puedo pensar en ese estado espantoso y es que así no puedo vivir este día ni ninguno y entonces tengo pocas soluciones al alcance de la mano y lo que hago es tomar una pastilla poderosa que me relajará y que volverá mi respiración al lugar en el que ella debe estar y mi corazón a su sitio pero eso sucederá lentamente porque la pastilla no es de efecto inmediato es de efecto normal en cuanto al tiempo de cumplir su función ya que es la única que existe en el espacio de mi casa destinado a los remedios   y entonces lentamente empieza a suceder lo que tiene que suceder y es que me calmo y otra vez las ideas y los pensamientos vienen a mí se acomodan me habitan me sienten me duelen me emocionan me atraviesan vuelvo a vivir a la velocidad que se debe vivir y con la complejidad que de momentos no sé cómo me atrevo a sostener porque si lo veo de afuera como si mi vida fuera de otro pienso esta mujer tiene una vida intensa apasionada y solo saliéndome de mi lo noto y también lo noto cuando cada noche pasan las horas y mis ojos permanecen abiertos o cerrados pero viéndolo todo sin querer perder ni un solo segundo pero como es probable que a este ritmo muera pronto voy a detenerme ahora mismo.

sábado, 26 de marzo de 2011

Sin sentido

He quedado un poco muda y no por eso de: mejor callar si no hay nada bueno que decir. No es eso. Una parte es el susto y otra que si hablo tal vez un día las palabras se me agoten y entonces qué. Bueno, posiblemente ninguna cosa seria, ni que revista mayor importancia. He quedado un poco muda y eso no es buena señal . Así. Sin nada para decir y no porque no tenga palabras. Nada para decir ni a quién. No sé qué nombre darle a esto y tampoco importa.
Se me pierde el sentido-ese es el asunto- se me desdibuja y eso me inquieta y entonces me lo invento y por un tiempo fugaz funciona y luego cae solito y otra vez y así.

viernes, 25 de marzo de 2011

un sentir de madrugada


En la soledad de la noche escucho los sonidos que el día se lleva o hace sordos. Por eso este momento es perfecto. Sé que no estoy del todo sola, que otros y otras flotan por ahí ahora mismo. Y no sé qué sonidos oirán. Posiblemente los propios, los de afuera y los de adentro.
Los árboles de mi ventana bailan sobre un colchón de hojas amarillas, se cuentan sus secretos, y a mí no tiene porqué importarme, pero me importa. Soy curiosa, aunque en este caso puede que esté siendo un poco impertinente.
Están listos para amar, ellos sí.

jueves, 24 de marzo de 2011

[La palabra

 alumbra al hijo    lo inventa   lo hace humano  y
en ese mismo acto , se nace
-ante el hijo y ante sí-]

Soy cuando me pronuncio y
solo entonces, me concibo
cuando hablo palabras que claman y claman y dicen lo que dicen y
lo que no

que fabrican la luz y
el silencio y
dejan huella
que también es surco


y otra cosa
y más.

El tiempo detenido y mentiroso.Todos miran y sonríen.


Me dan tristeza las fotos en las que todos se agrupan procurando quedar dentro del cuadro, y muestran los dientes. Todos hacen la mueca ridícula al tiempo, al llamado de whisky. Bueno, así. Me dan tristeza porque son muertos que sonríen.
 El espíritu mismo de la foto pretende capturar un momento de felicidad, al menos en esas imágenes tomadas en cumpleaños o reuniones sociales o vacaciones.
 Nunca    nadie     jamás    
sospecha ,
ni  remotamente, que esa foto bien podría ser la última.

martes, 22 de marzo de 2011

MARGUERITE DURAS. Escritora. De su obra “El amante”, 1984

“Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde. A los dieciocho años ya era demasiado tarde. Entre los dieciocho y los veinticinco años mi rostro emprendió un camino imprevisto. A los dieciocho años envejecí. No sé si a todo el mundo le ocurre lo mismo, nunca lo he preguntado. Creo que me han hablado de ese empujón del tiempo que a veces nos alcanza al transponer los años más jóvenes, más gloriosos de la vida. Ese envejecimiento fue brutal. Vi cómo se apoderaba de mis rasgos uno a uno, cómo cambiaba la relación que existía entre ellos, cómo agrandaba los ojos, cómo hacía la mirada más triste, la boca más definitiva, cómo grababa la frente con grietas profundas´¨

El amante

Los besos en el cuerpo hacen llorar.
Se diría que consuelan.

Marguerite Duras

lunes, 21 de marzo de 2011

La carne contra la carne produce un perfume, pero el roce de las palabras no engendra sino sufrimiento y división.

Anais Nin (1903-1977)

Monólogo

Quiero cantar la posibilidad del encuentro, cantarla y escribirla porque es lo máximo que puedo hacer y si no lo hago, desespero, muero, es así. Y me pregunto ,claro, qué veo en lo que veo, qué me enamora qué me delira, que me hace estar moviendo los dedos frenética sin poder dejar de hacerlo ni  pensar en otra cosa, y no encuentro respuesta. ¿ Es la posibilidad de ser escuchada y de escuchar y de saber y convertirme en alguien esencial y necesario y amado, tener un lugar allí? Está claro para mí que la sensibilidad de la mirada y la fragilidad  y  la buena escritura -la sensible, la de la mirada aguda, la que permite ver lo que leo, imaginar lo que no leo- me conmueve y tienen un efecto arrollador , me deshace, me enamora, me pide querer saber, saber desesperadamente. Me pide estar ahí acariciando. Solo eso, entrelazando manos y dedos y cabellos, sólo eso, que es el mundo. Acariciar sin tiempo, una vez en la vida o para siempre. Ese es  el deseo .Me leo y me escucho y me pienso, y veo en este instante los ojos verdes de mi gata y escucho los pájaros cantar en mi mañana de viernes azul y no entiendo, no entiendo esta  locura, el  apasionamiento que grita en mí enloquecido, que me pide, que espera respuesta que es respuesta conocida, sabida, y entonces trato de respirar y de calmar el ansia, y de respirar otra vez y parar todo, parar todo, pararlo. Salir corriendo, ponerme las zapatillas y correr, salir de mí, irme.
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

 Tristes armas
 si no son las palabras.
 Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

 (Miguel Hernández)

miércoles, 16 de marzo de 2011

La primavera


Llegó   la    primavera
\qué linda es la primavera soy tan feliz en primavera los pajaritos cantan\
y la vieja no se mueve
está rota toda  en primavera

el sol sale en primavera
y a las flores da el calor (a las flores)
todo florece en primavera
\la picazón en la garganta mis ojos rojos hinchados \ florecen en primavera

naranjo en flor  demente-mi cuerpo en primavera-
un puñal profundo un dolor punzante
me rompe en tres en primavera
\me peso  me agoto  me sofoco  me duelo\ en primavera

en primavera soy
flor de grasa y esqueleto
muriente

Habla la boca la lengua hablan los dientes la garganta

Hombre sin palabra es
                                   sólo cuerpo                                  
\coso en movimiento raquítico desmirriado manojo de huesos carne en proceso de descomposición\
                                   despojo


cadáver.

martes, 15 de marzo de 2011

Ya

Cuánto malentendido
cuánta palabra innecesaria
cuánto tiempo perdido y
luego qué.
Porque la pena queda y
corroe y
de a poco hace surco y
deja huella y
la huella es indeleble.

lunes, 14 de marzo de 2011

como si el mundo fuese una rosa cruda

.
Sólo estas palabras, rosas silvestres, ya me hacen aspirar el aire
como si el mundo fuese una rosa cruda.
Tengo una amiga que me manda de vez en cuando rosas silvestres.
Y su perfume, mi Dios, me da ánimo para respirar y vivir.
Las rosas silvestres tienen un misterio de los más extraños y delicados:
a medida que envejecen, perfuman más. Cuando están por morir, ya ajadas,
el perfume se vuelve fuerte y dulzón, y recuerda las perfumadas noches de luna de Recife.
Cuando finalmente mueren, cuando están muertas, muertas,ahí entonces,
como una flor renacida en la cuna de la tierra, es cuando el perfume
que exhala de ellas me embriaga. Están muertas, feas, en lugar de blancas
se ven amarronadas. Pero ¿ cómo tirarlas si,incluso muertas, tienen el alma viva?
Resolví la situación de las rosas silvestres muertas, despetalándolas y esparciendo
sus pétalos en mi cajón de ropa…
.
Clarice Lispector
Rosas Silvestres
De Revelación de un mundo

el amor es rojo, los celos son verdes, mis ojos son verdes

.
Más allá de la oreja existe un sonido, en el extremo de la mirada un aspecto, en las puntas de los dedos un objeto: es allí adonde voy. En la punta del lápiz el trazo. Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de alegría otra alegría, en la punta de la espada la magia: es allí adonde voy. En la punta del pie el salto. Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí adonde voy.
¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Yo os espero. Es allí adonde voy. En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra “tertulia”, y no sé dónde ni cuándo. Al borde de la tertulia está la familia. Al borde de la familia estoy yo. A la orilla de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un rincón para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé sobre qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre. Es hacia mi pobre nombre adonde voy. Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa. En el extremo de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta. Pero la que canta. La que dice palabras.¿Palabras al viento? ¿Qué importa,los vientos las traen de nuevo y yo las poseo.
Yo a la orilla del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto. Oh, perro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero lentamente.
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros.
.

Clarice Lispector. Es allí adonde voy
.



.

Ya no Idea Vilariño

martes, 8 de marzo de 2011

Un relato sin espinas

Como en un cuento de
hadas  y  duendes  y
patos rojos bordados en canales  y
sauces que lloran perlas.

Dicen algunos al pasar qué:
A las siete de la tarde, cuando
la luz que no se esconde baja de la luna, cuando
los gatos dorados y sin cola  caminan sigilosos
los tejados, cantando algún amor y
las muñecas de porcelana toman el té con
pétalos de rosas y
los niños de narices heladas beben chocolate caliente,
dicen algunos al pasar qué:
a esa hora,
salen las brujas, pero
sin escobas, montadas en sombrillas con puntillas
blancas.

Dicen algunos al pasar qué:
en el silencio oscuro,
las brujas bailan solas y
las noches plateadas ,
devienen princesas y
levitan y giran y giran en sus encajes alados.

Decimos algunos al pasar por Brujas qué:
ya no somos los mismos cuando
una tarde de lluvia perlada
un hada se nos posa en el hombro  y
nos baja una estrella  y
nos susurra al oído  y
nos cuenta bajito
una historia.

Y allí nomás, se instala la magia.

lunes, 7 de marzo de 2011

El aire de cristal o de pólvora


así está
así lo respiro
así lo vivo que no es vivir.

El aire de cristal o de pólvora
así lo duelo.

El aire de cristal o de pólvora
que ahoga  que asfixia
que no cede que desciende que aplasta
que faltan las palabras para decir.

domingo, 6 de marzo de 2011

Celebremos la vida

Domingo por la tarde. Mi hijo mayor se puso la camiseta de Banfield y se fue a la cancha por primera vez con su tío. Juegan Banfield-Lanús. Se fue lleno de ilusión. Yo estoy en casa con mis otros hijos.
Está nublado. Llueve pero hay  un amague de claridad.
Recibo un llamado que me alegra la tarde primero y luego me borra la sonrisa de un plumón. Un pibe querido, muy querido por mí que conocí hace muchos años en el hospital que fue también mi casa. El había estado enfermo y se había curado. Y la última vez que lo vi estaba gigante, con su novia de entonces (luego habrán venido muchas, porque se puso super guapo).Tomamos mate, conversamos sobre sus proyectos, su futuro. Hoy, por teléfono ,me dijo que la vida lo había vuelto a golpear. Que la vida lo había vuelto a golpear, que la vida lo había vuelto a golpear. Resuenan sus palabras, resuena su voz.
Siento muchas cosas, que galopan en este momento en mí. La charla terminó hace pocos minutos. Lo primero que pienso es que no es justo. Luego pienso que es un tipo fuerte y va a poder darle batalla. Otra vez, darle batalla. Sí, entiendo: otra vez! Pienso en cómo ayudarlo hoy. Me dijo que él ya sabe como es y entonces eso le permite anticiparse. Pienso que eso es bueno. Pero qué injusto. Luego vuelvo a sentir lo que sentía entonces: que a la vida hay que vivirla todos los días.
Mi abuela me dijo un día que cada día de la vida era toda la vida. Ella me lo decía por sus ochenta y tantos de entonces (hoy tiene noventa).Pero yo creo que esa reflexión vale para todas las edades. Para mi querido Alejo, y para cada uno.
Está nublado. Llueve pero hay un amague de claridad.

jueves, 3 de marzo de 2011

Nostalgia

Es inevitable que en estos días la nostalgia me habite y se apodere de mí. Sé que debo poder con ella, transitarla, pero no dejarla a vivir. No me resulta buena compañera.
Hoy me encontré con una amiga entrañable. Nos sentamos en un bar coqueto que apenas recuerdo. No reparé en él. Tomamos un licuado de fruta y jengibre. Charlamos. Hacía algún tiempo que no nos juntábamos aunque la vida nos tenga ya para siempre juntas. Y me doy cuenta cuánto cuesta a veces decirse. Y entonces se cambia de tema. Porque contarse es difícil. Supone una vuelta hacia adentro que no siempre resulta sencilla, o tal vez sea que cambiar de tema de vez en cuando, haga bien. En este caso, es probable.
Me detuve fugaz a mirarla. Noté cuánto nos había pasado el tiempo. Hablamos de los futuros ingresos de nuestros hijos al colegio secundario, y hace un rato nosotras nos contábamos lo secretos adolescentes, y un poco antes jugábamos con peluches inventando historias.
 De pronto nos vi-nos veo aún- grandes.
 La vi  y  me vi en ella. Con marcas en el rostro y en la vida.
Salimos caminando y
el sol nos daba en la cara.

martes, 1 de marzo de 2011

El silencio

se escucha claro, repleto de sonidos:
a viento ,a ramas y hojas que bailan
el ventilador que gira y zumba
los dedos sobre el teclado.
Hay duendes que cantan en mi cabeza y
yo los siento blancos.
Podría haber enloquecido pero no, hoy no.
Mi  pecho anudado hace ruido y me rasco una mano:
es el mosquito ,que también se escucha y además pica.
Intento oír más profundo pero esos sonidos son más difíciles
casi inaudibles.
Tal vez mañana.

ojos

ojos de almendra   ojos llorando   ojos que hablan   que aman   ojos azules   ojos que imploran  que gritan   ojos que sueñan   ojos soñados    ojos que besan que gimen que ríen  ojos que piden  y  buscan  y encuentran    ojos que leen y escriben y dicen  ojos que vuelan  se pierden  tropiezan  levantan  explotan y exploran   ojos que
emocionan
ojos repletos   ojos gigantes   ojos violetas  
ojos que encienden  y  se encienden   iluminan y enamoran  empalagan  y  desean  ojos extasiados de luces y de sombras y de cuentos y de historias y de orgasmos y palabras que se dicen a los ojos y a la boca
ojos en compota en ciruela en avellana,  ojos de huevo ojos de anís ojos de gato
ojos  entre ojos o entre cejas   ojos claros o aclarados  
ojos sin rímel   con perfume  con gotas   con luz   con pasión ,ojos profundos  ojos que miran  ojos que ven que escuchan que adivinan que sienten que enloquecen que deliran que penetran que sacuden

ojos de cielo  ( los ojos de mi abuela Olga)  los más bellos  los que miran­-me miran-  los que amo :  ojos arrugados ,  pequeños pero inmensos , ojos suaves  ojos tibios

ojos con ojos  que
respiran y

se quedan sin aliento


El pez

                                                       
Mirar los ojos del pez
Profundizar los ojos del pez en el agua
Penetrar el brillo naranja y
descubrir  que el pez es pez  porque nadan sus ojos


Pensar en pez   que
con su luz le escapa a la mano
se zafa   se escabulle

Ser pez
en el instante preciso de morder el anzuelo y
dejar de vivir el paraíso, sin saberlo

Ser el pez desesperado que
se contornea   se sacude
Ser la boca inmensa   ahogada de aire
Ser los ojos negros que gritan

Ser pescado

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)
Shakespeare and Co