sábado, 16 de abril de 2011
Domicilio primero
Mi primer lugar de residencia, fue el útero de mi madre. Qué increíble haber estado alguna vez tan cerca, tan unidas. Lo pienso y me da impresión. Aunque confieso que muchas veces me haría un bollito y me volvería allí solo para recibir calor y cuidado y no preocuparme por más nada que sentir el movimiento suave de su andar, los sonidos de su cuerpo y la voz grave de mi viejo hablándole a la panza (dicen que por eso, la del padre, es la primera voz que se reconoce. Y pensar que hoy quiero evocarla en mi memoria y no lo logro. Tan solo por eso ya valdría la pena volver a estar allí).
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Como allí no estarás en ninguna parte.
ResponderEliminarPor muchas estrellas que tenga el hotel.
Besos.
Lo sé Toro.
ResponderEliminarY a veces duele tanto.
Ahorita mismo veo la luna desde mi ventana de un precioso hotel boutique.
beso y gracias
Socorro! No volvería ahí ni con camisa de fuerza, pero en el fondo entiendo, no te creas.
ResponderEliminarBesos
yo no siento ninguna "gana" de ello, sin embargo mi hija sí me lo manifiesta, ella siempre me dice: quiero volver a la panza... en fin.
ResponderEliminarY la voz de mi padre la escucho sin proponérmelo, y eso que hace 5 años que ya no está. Un abrazo mujer!
La casa natal. :)
ResponderEliminarYo si volvería.
¡¡¡Que lindoooo!!!
ResponderEliminar¡Me encantó!
¡Besote enorme y muy buena semana!
de adultos "hechos y derechos" nos parece locura pensar en cosas tan sutiles; sin embargo es algo que nos vuelve a unir a nuestras madres, a nuestras raìces.
ResponderEliminarun saludo, interesante tu blog y tu filosofìa
Blas
Algunos volverían otros jamás...qué cosa.
ResponderEliminarEn sus respuestas se esconde la historia personal, muy posiblemete.
Yo de a ratos volvería, y me reuniría con mis viejos de la manera más íntima que imagino.
besos!
Bienvenido Blas!