miércoles, 23 de febrero de 2011

La masacre de la cucaracha


Fue de noche que bajé a la cocina como casi todas las noches cuando ya todos duermen o al menos duermen los duendes que no caben en esta historia. Decía que fue de noche que bajé en busca posiblemente de algo para beber, porque  hace calor por estos días, pero francamente no recuerdo para qué fue que bajé porque lo que siguió me hizo olvidar mis motivos ,mis razones, me hizo olvidar casi todo e incluso me hizo sorprender de mí.
Las cucarachas me dan asco, aunque también pena. Son en general detestadas por todo el mundo, son estéticamente espantosas, se venden productos en todos los supermercados y también en los mercados pequeños para acabar con ellas de la peor manera: por envenenamiento. Son espantosamente veloces, entrenadas para huir del humano que sin piedad las aplasta cada vez que le es posible.
Así las cosas. Yo bajaba entonces a alguna cosa que no tiene importancia.Encendí la luz y fue allí que todas corrieron enloquecidas. Salieron disparadas hacia todas partes, unas a la pileta otras detrás de los muebles, de las alacenas, desplazándose por la misma mesada que hace solo unos días le pertenecía al pequeño Manuel.
El demonio se apoderó de mí, o alguien parecido y primero intenté alcanzarlas con un trapo Enardecida con el trapo aquí y allí. Logré alcanzar a algunas pero no a herirlas de gravedad. Esa no es una tarea sencilla. Además suelen ser muy traicioneras. A la primera que le di fue a una mediana que estaba en el piso. La pisé. Creí en primera instancia aquella había perecido .Pero al cabo de unos instantes mi gata-la Michi- me advirtió que la muy inteligente estaba viva. La gata se paró muy cerca con su hocico pequeño pegado al bicho. Ella sabía que la cuca aún vivía. Me lo avisó, y allí fue cuando se gestó en mí la idea.
Tomé un fósforo y lo encendí. No lo pensé. Simplemente lo hice. Me acerqué a la pequeña inmunda y la achicharré con la llamita de fuego. Sus patas se erizaron, su cuerpo se ennegreció y desprendió un humo sin olor. La satisfacción fue inmensa. Para asegurar el crimen acerqué otro fósforo que dejé posado junto al anterior.
Michi quedó satisfecha.
Yo excitada.

4 comentarios:

  1. Este lo tendrías que haber escrito también en rojo...brrrrr Me dió como un escalofrío en la espalda

    ResponderEliminar
  2. eslabon y pedernal

    mi lado oscuro
    aunque entiendo que el universo también sea para ellas.
    te presto una pashmina de oro?(para el frío de la espalda)
    beso beso

    ResponderEliminar
  3. jajajajajajja, lo leo y me da risa el velorio de la pobre cuca, recuerdo que mi infancia, en el campo y ya hace mas de 20.000 dias las agarraba con la mano, asesorada por mis 5 hermanos mayores.
    pobre de mi!!!

    julia EMME

    ResponderEliminar
  4. Julia EMME
    vea quién la asesora!
    Hoy me contaron de alguien que supo saborear una cuca.Esto nos supera ampliamente, o no?
    saludos

    ResponderEliminar

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)
Shakespeare and Co