jueves, 3 de marzo de 2011

Nostalgia

Es inevitable que en estos días la nostalgia me habite y se apodere de mí. Sé que debo poder con ella, transitarla, pero no dejarla a vivir. No me resulta buena compañera.
Hoy me encontré con una amiga entrañable. Nos sentamos en un bar coqueto que apenas recuerdo. No reparé en él. Tomamos un licuado de fruta y jengibre. Charlamos. Hacía algún tiempo que no nos juntábamos aunque la vida nos tenga ya para siempre juntas. Y me doy cuenta cuánto cuesta a veces decirse. Y entonces se cambia de tema. Porque contarse es difícil. Supone una vuelta hacia adentro que no siempre resulta sencilla, o tal vez sea que cambiar de tema de vez en cuando, haga bien. En este caso, es probable.
Me detuve fugaz a mirarla. Noté cuánto nos había pasado el tiempo. Hablamos de los futuros ingresos de nuestros hijos al colegio secundario, y hace un rato nosotras nos contábamos lo secretos adolescentes, y un poco antes jugábamos con peluches inventando historias.
 De pronto nos vi-nos veo aún- grandes.
 La vi  y  me vi en ella. Con marcas en el rostro y en la vida.
Salimos caminando y
el sol nos daba en la cara.

2 comentarios:

  1. Me parece que transitamos carriles paralelos de nostalgia, pero después de biutiful convengamos en que la vida a nosotras nos besa en la boca.
    Bueno, tal vez no tanto como quisieramos.
    Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Eslabon y pedernal

    Claro que a nosotras la vida nos besa y nos tiende la alfombra roja.Supongo que nunca es tanto como quisiéramos.Aunque cada tanto debiera alcanzar.
    Otro abrazo para vos.

    ResponderEliminar

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)

Un lugar en el mundo muy hermoso (el lugar, no el mundo)
Shakespeare and Co